jueves, 29 de noviembre de 2012

Aura Marina Arriola Los indígenas y la política indigenista en Guatemala




Gustavo Adolfo Illescas

El texto de Aura Marina Arriola hace una revisión a contrapelo de la imposición antropológica de la política indigenista en Guatemala, a partir de las publicaciones realizadas por el Instituto Indigenista Nacional, el Seminario de Integración Social de Guatemala, centros de investigación más contemporáneos como AVANCSO Y FLACSO, así como por la estrategia de Estabilidad Nacional diseñada por el Gral. Gramajo.

En todos, el hilo conductor es la procedencia externa (Estados Unidos) y la orientación de las corrientes de investigación que predominaron en el estudio étnico en Guatemala, y por consecuencia la autora logra develar el sentido real de las motivaciones ¿científicas? Que han dirigido la política indigenista en Guatemala.

El origen de la política indigenista y su desarrollo por el Estado guatemalteco
Con la instauración moderna del sistema lati-minifundio a través del despojo de las tierras comunales indígenas y las sucesivas leyes y reglamentos en materia laboral y educativa, se encuentran los primeros indicios de una política dirigida a la descampesinización y ladinización de los y las indígenas del campo, a tal punto que durante la dictadura de Ubico, este afirmó que no existía “problema indígena” en Guatemala.

Según Arriola, el maestro, dramaturgo, estudiante de Derecho y miembro de la AEU, Manuel Galich; Participó en el Primer Congreso Indigenista realizado en Patzcuaro, México; de ahí su influencia en el ideario revolucionario de la AEU donde se contemplaba la creación de Instituto de Ciencias Indigenistas. Este manifiesto fue la base política de los miembros de la AEU cuando triunfó la revolución de Octubre; de esa cuenta personajes como Manuel Galich pasaron a formar parte del gobierno revolucionario, en este caso como Ministro de Educación.

La revolución de Octubre debe ser entendida como una alianza de coyuntura en oposición al régimen dictatorial de Jorge Ubico (1931-1944). De esa suerte es que se puede explicar la conjugación de fuerzas, ideas y contradicciones que existieron durante la “primavera democrática,   en el país de la eterna dictadura”. La pequeña burguesía universitaria fue la vanguardia movimiento urbano e intelectual, muy cercano al magisterio y los círculos educativos a través de Manuel Galich. Por su parte David Vela fue el enlace con un sector de la llamada burguesía “modernizante” representado a través de Guillermo Toriello, la cual, se encontraba en disputa con la oligarquía terrateniente agro-exportadora y en gran tensión con las concesiones del presidente Jorge Ubico.

Galich fue más proclive al paternalismo y la política conservadora de las costumbres e “ideas positivas” que pudieran ayudar a mejorar la economía del indio, pero con la condición de no contravenir la evolución del modelo capitalista, por ello en a cuanto a auto-gobierno se refiere, estos no se promovieron por parte del Estado, y fue solo durante el II gobierno de la Revolución que inició con seriedad un proceso de reforma agraria, con una perspectiva diferente de la economía campesina.

Por su parte David Vela se propuso estudiar la influencia de las costumbres raciales en los problemas regionales; una posición un tanto más apegada a la naciente teoría de la ladinización en Guatemala. Sin embargo la posición de Galich tampoco escapa a la idea de “incorporar al indio a la civilización”, como si se tratara de una réplica republicana del problema del indio (agrario y educativo) entre liberales y conservadores.

Con la fundación del Instituto Indigenista Nacional (IIN) en 1945, estas posiciones y su resolución  metodológica quedaron bajo la responsabilidad de los teóricos  Antonio Goubaud Carrera y Joaquín Noval. El primero, estudió en la Universidad de Chicago y fue colaborador de Robert Redfield; cabe mencionar que ese mismo año el economista neoliberal y seguidor de F.A. Von Hayek, se  convirtió en profesor de Teoría Económica en la Universidad de Chicago.

Luego de la II Guerra Mundial, Estados Unidos hegemonizó la geopolítica occidental y volcó su atención a “recuperar” Latinoamérica de la amenaza “comunista” a través de una colaboración estrecha entre la Universidad de Chicago, la CIA y el Departamento del Tesoro. Por ello, no extraña que la política indigenista en Guatemala se fuera perfilando y consolidando como una tendencia de “re-educación” de los indígenas y la conformación de pequeñas cooperativas para convertirlos en ladinos y descongestionar la lucha por la reforma agraria.

Como parte de este plan de conformar una “nacionalidad homogénea”, la primera fase del IIN fue elaborar una base de datos demográficos y lingüísticos de las etnias mayoritarias, para luego crear un instrumento de investigación de campo que les permitiera insertarse en las comunidades indígenas, con especial atención a las áreas de conflicto.

Así pues, la idea de crear un Instituto de Ciencias Indigenistas propuesta por Manuel Galich, disolvió el caudal revolucionario que tenían a la mano como miembros del gobierno. Por el contrario hubiese sido necesaria la creación de un Instituto de Ciencias Indígenas, es decir, promover desde los y las indígenas la sistematización de su memoria y el estudio de su cosmovisión, muy a pesar que el conocimiento ancestral no gozara de estatus “científico”. Dicho de otra forma, el apegarse al paradigma occidentalizante no se permitió el estudio del desarrollo del conocimiento de los Pueblos, y en su lugar más bien los estudiaron como un problema per se para el capitalismo, fuera este nacionalista o intervencionista.

Por el lado de la tendencia nacionalista vamos a encontrar a Joaquín Noval que mezcló el culturalismo con el marxismo, quizá la corriente antropológica que años más tarde Marvin Harris explicaría como Materialismo Cultural, una tendencia que explica el desarrollo socio-cultural desde la tecnología como elemento condenante  pero a la vez salvador de la civilización. Noval insistía en separar el análisis étnico de las clases sociales, pues el primero es más un acervo cultural que no genera acción practica y se detiene en el análisis de desde las clases sociales.

De esta cuenta es que el indigenismo representó una amenaza para la derecha que veía en esto la filtración del comunismo, así como por el gasto publico que podía provocarle al gobierno, lo cual se traduciría en más impuestos para la burguesía; por ello luego de la contrarrevolución de 1954, cofinanciada por Estados Unidos, el gobierno de Castillo Armas apoyó la creación del Seminario de Integración Social de Guatemala (SISG).

El SISG fue diseñado para contrarrestar el impulso de las reformas agrarias latinoamericanas posterior a la recomposición geopolítica de la segunda guerra mundial y la hegemonizacion del imperialismo yanqui, de la mano del antropologo norteamericano Richard Adams y su teoria de la ladinización. El Estado yanqui se da cuenta de la potencialidad colonizadora de los estudios antropológicos que plantean que el indio puede desaparecer de manera acelerada tras un proceso escalonado de ladinización. Años después “moderniza” su planteamiento diciendo que los ladinos son los que más daño hacen a los indios, pero que el análisis de clase desvirtúa la interpretación del fenómeno, pues los indios merecían un “mínimo” de consideración.

Luego vinieron las misiones del Instituto Lingüístico de verano y la proliferación de iglesias evangélicas que llegaron a concentrar mucho poder político durante el gobierno de facto de Ríos Montt. El objetivo de esta penetración fue promover una división étnica a partir de la religión, por un lado porque desde las iglesias evangélicas eran prohibido los rituales propios de la cosmovisión  maya y por el otro porque la alianza del intervencionismo yanqui perdió fuerza entre la iglesia católica que poco a poco fue desarrollando un pensamiento que posteriormente seria conocido como Teología de la Liberación. El avance de la ideología evangélica se enfocó en implantar los valores del bienestar individual por encima del colectivo y de avergonzarles por su condición étnica.

No es casualidad que Guatemala y Chile -por ejemplo- ambos fueron intervenidos por Estados Unidos a través de Golpes de Estado, porque tenían gobiernos desarrollistas y/o de tendencia capitalista de estado y ambos son los que más población evangélica lograron desarrollar. La diferencia es que en Chile Milton Friedman participó directamente en el diseño neoliberal de la política monetaria y económica, mientras en Guatemala para el Golpe de estado, Friedman todavía no alcanzaba esos niveles de influencia, pero cabe mencionar que 5 años después del golpe de Estado en Chile, la Universidad Francisco Marroquín le otorgó un doctorado Honoris Causa en 1978.

esta relación entre indigenismo y modelo económico no va a desaparecer durante el retorno a los gobiernos civiles, cuando surge la tendencia denominada etno desarrollo o indigenismo participativo y se cancelan el IIN y el SISG. Con esto se retorna a la idea más o menos de Galich de no ser asimilacionistas y reconocer bajo el marco de la ONU a los Pueblos Indígenas, pero nada de reconocer el derecho histórico sobre la tierra.

Sobre esta base se perfiló la política de descentralización del estado en consejos de desarrollo urbanos y rurales. El puro desarrollismo reconocedor de derechos folclorizantes, que pudiera hacerle frente -nuevamente- a la creciente movilización de los pueblos indígenas y la crisis de “Estabilidad Nacional”. Por ello, en el marco de la alianza oligárquico-militar la política contrainsurgente impulsó una estrategia de Desarrollo Rural Integrado basado en la experiencia agrícola-cooperativa de Israel, como mecanismo para la reconcentración y reeducación de la población “ganada” por la insurgencia.

Esta política quedará plasmada en los Acuerdos de Paz y tutelada por la Secretaria General de Planificación SEGEPLAN, que hoy por hoy lleva la gran tarea neoliberal de orientar el reordenamiento territorial de Guatemala en función de los actuales ejes del modelo de acumulación capitalista: (1) reconcentración de la tierra para la producción de agro-combustibles a través del cultivo de Caña de Azúcar y Palma Africana (2) explotación y mercantilización de los bienes naturales como Petróleo y Minerales (3) Instalación de Megaproyectos que le permiten toda la logística necesaria al capital para su realización tale como hidroeléctricas, mega-carreteras, puertos y aeropuertos de mayor capacidad de almacenaje y transporte.

Sobre esta estructura definida es que se despliegan de manera vertical los Consejos de Desarrollo: nacional, regional, departamental, municipal y local; en los que la decisión tomada desde las comunidades y pueblos es burocratizada y alterada de su espíritu original.
Por último podemos decir que el indigenismo siempre ha sido y será una corriente racista, tanto en sus versiones paternalistas como asimilacionistas, así como nacionalistas e intervencionistas y que su predominancia en los rituales cívico-militares y económico-evangélico son su forma más acabada de dominación.

1 comentario:

  1. Infortunadamente la historia de Guatemala parece tener un solo color de ojos, de cerebro e ideología. Si uno estudia con detenimiento se podrá entender el porque de tantas contradicciones en la elaboración sistemática de la historia nacional. Resulta que las "derechas, los militares, los terratenientes y los USA" tienen la culpa de todo, no dejan que los pobres indígenas y sus defensores hagan algo para promoverlos y dejar de ser servidumbres y pasar a ser patrones. Estoy seguro que estas personas ni siquiera conocen personalmente los lugares de donde escriben, por lo menos talvés habran estado una o dos veces por escaso tiempo en esos poblados. Hace falta más seriedad y compromiso de autocrítica, ya es tiempo. Además preguntarse, aparte de mantenerlos como peones en su ajedréz de rebeldía inducida, enfrentamiento contra la autoridad y no permitir que decidan por su propia cuenta en sus gustos políticos, religiosos e idiológicos ¿qué en realidad han hecho para levantar sus condiciones de vida despues de tantos euros y dolares gastados para mantener a tantos genios tergiversadores?

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